Descansar
Sábado - 5:45
Tengo un leve dolor en la sien derecha. Una pequeña pulsación. Los ojos se me cierran. Estoy muy cansada. Tengo sueño. Pero no puedo dormir. Quisiera otra cama, sin gatos y sin esposo, donde despatarrarme por completo y descansar. Por un rato. No eterno. No siempre. A veces. Ahora. De a ratos. cuando me siento tan agotada pero no puedo dormirme. No tengo el espacio suficiente para que mi cuerpo se despliegue y descanse. Libertad de movimiento para poder dormir. Silencio, silencio en la mente y en el pecho. Que se tranquilicen las pulsaciones, las del oído y las del inconsciente. Calma. Desfallecer, pero así, un poquito, luego de una jornada intensa. Una pequeña muerte, un momento de inexistencia, despatarrada en una cama para mi sola. Boca abajo, los brazos abiertos en cruz, las piernas libres, que se puedan mover cuando quieran para encontrar la posición justa, hasta encontrar el descanso. Y dormir. dormir de verdad, adormecer los sentidos, y los sinsentidos. Permitirme ir. Irme, sin que me necesiten, sin que me requieran, demanden o ni siquiera me piensen. Irme, a otro espacio-tiempo. Sola. Por un rato. No siempre. No eterno. Un tiempo, que dure un descanso. Perder la conexión. Desconectar de aquello a lo que presto atención con tanta delicadeza y dedicación. Ser yo, un tiempo. Poder ser sin estar siendo. Poder hacer un sueño, hacer el dormir, sin darme cuenta que lo estoy haciendo. Y entonces irme siendo en un hacer sin conciencia. Y, entonces, descansar. Encontrar el descanso. Abrazarlo. Contemplarlo. Dejarme llevar por él a donde sea necesario para reparar-me. Lo que sea que haya que reparar. Un fuera de línea. Un modo avión de mi psiquis. Las funciones importantes de la máquina sostenedora de vida continúan. Pero estoy fuera de línea. Sin llamadas, ni mensajes. Sin emociones ni sentimientos. Sin pensamientos, ni sueños. Absolutamente nada. No siempre. No eterno. Pero un absoluto por un instante. Un poco de nada, absolutamente, me repito. Sin pecar en absolutismos, tan sólo siendo la excepción a la regla. Quedar en nada en ese tiempo que parezca siempre. Descansando sin saber que lo estoy haciendo, pero reconociéndolo al despertar. ¡Qué belleza! Despertar de ese tiempo de nada ni nadie, ni yo. Ser siendo al hacer el dormir y ni siquiera necesitar-me. No estar ni yo allí presente, donde sea que sea el descanso. Abandonar y abandonarme. No siempre. No eterno. Un rato, un tiempo, en otro espacio. Allí, donde ésto no es. Ni aquello. Donde no hay definiciones. Ni dogmas, ni organización. Sin planificación ni fechas límites. Sin palabras ni decires. Sin imágenes ni formas. Sin símbolos. Sin realidad, ni la real ni la otra. Sólo una cama ancha. Un despliegue. Ahí sí, eterno. Infinito. Un para siempre en ese otro espacio-tiempo. No aquí. Allí. Abierto. Descomprimido. Desajustado. Omnipresente, pero sin estar. No me necesito allí. Allí solo soy. Algún suspiro. Y muchas respiraciones profundas, con aire puro. Puro, no sé cómo será, pero no este aire. Un aire con sin-aroma. Una luz con sin-brillo. Un destello. Y luego algo parecido a la oscuridad, pero que no sé definir. Durmiéndome. Durmiendo. Sintiendo la baba que cae por mis labios, porque aún sigo boca abajo. El encuentro con lo que no es, no tiene, no siente, no respira. No siempre, no eterno, no único. Un ratito. Un transitar descansando. Un descanso. Unas palabras que ya no vienen. Van al encuentro. La mano que va disminuyendo su velocidad. Cuerpo. Alma. Espíritu. Despatarrada. Entre la suavidad de las sábanas. Sabiéndome abandonada. Un ratito. Abandonar y abandonar-me. Allí me recibirá otro. Otra cosa. La alteridad. La otra realidad. La esa que acá se diluye. Esa otra sensación que acá es tan difícil de encontrar. La nada. La que es no siendo. Disparada de lo que se presenta. Sin representación. Allí. No aquí. Una cama ancha, boca abajo, desparramada, las piernas libres, los brazos abiertos en cruz, sin almohada, no la necesito, babeando, con lo que sea que venga y se vaya. Siendo sin ser, haciendo el dormir. Descansando. No siempre. No eterno. Un tiempo.
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