El Despertar
-Hola
-Hola…
-¿Qué leés?...
¡Ah!...está bueno ese libro. A mí también me gusta leer…
-¿Y tu libro?
-Lo tengo en la
mochila…es éste… ¿lo conocés?
-¡Si! ¡Está
buenísimo!...lo leí un montón de veces…
-¡Yo también!
-¿Viste cuando saltan los
dos para que no los agarre La Sombra y llegan al Otro Lado?
-¡Tal cual! ¿Y cuando
buscan al Ermitaño y resulta que estuvo todo el tiempo acompañándolos? ¡Eso fue
lo más loco de todo para mí!
-¡Cierto! ¿Y cuando se
dieron cuenta de que si no volvían no iban a poder recordar de dónde venían y
los padres estaban desapareciendo en su mundo?
-Tristísimo…ahí no pude
seguir leyendo la primera vez. Es triste no tener tus papás.
-Cierto.
-…
-…
-¿Hace mucho que esperás
acá? ¿Ya conociste a alguien?
- No, todavía no. ¿Y vos?
- Ayer me presentaron a
una pareja… Ella era linda. Ya tienen un hijo, pero quieren más y no pueden
tener. No sé, a él no lo vi “entusiasmado”. Me miró con cara de “primero bañate
y después hablamos”… no me gustó. ¡Que se bañe él! Yo me baño cuando quiero…
- Si, pero si no te bañas
no les gustás. Eso lo vi con varios…
- ¡Pero claro que me
había bañado! Con los nervios que me agarran me baño como cinco veces antes de
conocerlos. Pero parece que para él no fue suficiente… Ella se me quedó mirando
con la mirada lejana. ¿Viste esa mirada que ponen los grandes cuando tienen
tanta cantidad de pensamientos en la cabeza que no pueden seguir vivos?
- ¿Qué decís, cómo que no
pueden seguir vivos?
- Y no, se quedan
“así”…congelados…procesando en la cabeza…quizás pensando en querer salir
corriendo…o quedarse y gritar… o cocinar una rica torta con uvas crocantes, o
saltar al vacío del tiempo y volver a nacer… Eso, parece que quieren volver a
nacer.
- Yo también quisiera
volver a nacer, pero no me quedo con la mirada congelada.
- Porque podemos pensar y
jugar al mismo tiempo. Ellos no.
- Cierto… Es como si se
quedaran dormidos, como si quisieran despertar pero no pudieran.
-¡Tal cual! ¡Si me dan
ganas de sacudirlos! Invitarlos a jugar, a inventar historias, a leer juntos!
- Pero en las entrevistas
no te cuentan si les gusta leer. Ni jugar.
- Y tampoco te cuentan si
quisieran despertar.
- Cierto. Ojalá que
lleguen un día unos que les guste leer y que quieran despertar.
- Tal cual. Ojalá… Vamos,
ya es la hora de la merienda.
- Cierto.
Victoria Lince
Fines de 2018
Gracias
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