A veces es muy difícil. La rutina nos agobia y cada día se nos escapa sin habernos detenido ni un instante, uno pequeño, a agradecer. A pesar de las circunstancias, a pesar de los dolores, a pesar de las distancias, a pesar del miedo. Aún cuando percibimos que en general "la cosa está cada vez peor". Aún así, seguro tenemos algo por lo cual agradecer. Tomarnos de las manos, mirarnos a los ojos, cantar juntos, hablar de lo bien o lo mal que nos sentimos, caminar uno al lado del otro, una al lado de la otra. Recordar para qué estamos vivos. Cuál es el significado de la vida para cada uno. Y agradecer el poder estar con nosotros mismos. Las veces que podamos, las veces que nos animemos. Abrazarnos a nosotros mismos, abrazar-se, con la paciencia, con la calma, con el amor, con el respeto necesarios. Enfocarnos en aquello que amamos, en aquellos a quienes amamos...y en aquellos que nos aman. Más allá de las creencias, lo más importante es la Fe en uno mismo. Un trabajo